En el s.XVII en Londres, algunas prostitutas desarrollaron ciertas habilidades para ganar más dinero. Una de ellas fue Priss Fotheringham quien solía jugar a un juego que llamaban “the chuck game”, algo así como el juego de pillar.
Priss se paraba de cabeza con las nalgas y la barriga desnudas mientras cuatro parroquianos le lanzaban monedas de media corona a sus múltiples pliegues. Representaba este juego varias veces al día para deleite de una multitud de fans que la aclamaba.

En el s.XVIII el siguiente juego se hizo muy popular en la Taberna de La Rosa, cerca del Teatro Drury Lane:
Una de las prostitutas se desnudaba bailando muy encima de un enorme plato de estaño, donde se tumbaba de espaldas, recogía sus rodillas debajo de su barbilla y estrechar sus manos bajo sus “cosas”. La descripción de dicha representación te invita a imaginar qué ocurría después cuando los clientes borrachos se reunían alrededor.
Algunas de las actuaciones incluían posturas de la prostitutas por las que apagaban una vela encendida en una burla sexual bastante obscena. Y es tercer plato en el Hogarth sólo acaba de empezar. Un mozo llamado Leathercoat que trabajaba detrás del escenario, protagonizaba también veladas sin plataforma y sin vela. Leathercoat, un hombre con una fuerza prodigiosa, por el precio de un trago, se tumbaba en la calle y permitía que un carro le pasase por encima del pecho.
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