Pilar de Lara, la jueza que instruye el caso Carioca, dejó este miércoles en libertad con cargos a los cuatro policías nacionales que fueron detenidos el lunes. Los cuatro están acusados de colaboración con la prostitución, cohecho, omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos.
También estaba previsto que quedara en libertad E.R., jefe de la brigada de Extranjería, que acudió ayer a declarar respondiendo a una citación como imputado por acusaciones similares. Al cierre de esta edición seguía prestando declaración, pero fuentes bien informadas daban por hecha su libertad e incluso se especulaba con que le retiraran todos los cargos.
Por otro lado, agentes de asuntos internos de la Guardia Civil detuvieron ayer a otro policía nacional en relación con este asunto. Se trata de E.C., subinspector de la brigada de Extranjería de Lugo, que pasará hoy a disposición judicial. En principio, estaba previsto que respondiese ante la jueza ayer mismo, pero la comparecencia de E.R. se prolongó durante demasiado tiempo. El detenido no fue enviado a la comandancia, sino que pasó la noche en las dependencias del juzgado.
E.R. es el policía nacional de más rango imputado hasta ahora en el caso. Es uno de los cinco inspectores jefes que hay en la comisaría lucense, por lo que forma parte de la escala ejecutiva. Sólo el comisario jefe y el subcomisario están por encima de él. Llegó al juzgado acompañado de su abogado en torno a las nueve de la mañana de ayer, aunque no comenzó a prestar testimonio hasta las doce. Por si fuera poco, cuando llevaba unas nueve horas respondiendo a las preguntas, hubo un fallo informático y tuvieron que esperar a que se reparara.
Detenido
Antes, a las ocho y media de la mañana, llegaba al juzgado su subordinado E.C., que poco antes había sido detenido en su oficina de trabajo por los guardias civiles llegados de Madrid que colaboran con la magistrada. Según parece, existen conversaciones grabadas que presuntamente indicarían que este agente ‘agilizaba’ los papeleos de determinadas personas extranjeras.
Una de estas conversaciones, al parecer, se grabó poco después de que fuera detenido el cabo de la Guardia Civil A.L.T., actualmente en prisión; en la misma, una prostituta habla con otra y le informa de dicha detención, a la vez que incluye el nombre de E.R. y E.C. entre los que supuestamente «hacen favores». No sería el único indicio, porque, según parece, una prostituta de origen brasileño aseguró en distintas ocasiones que E.C. incluso cobraba dinero por arreglar dichos papeles.
Sin embargo, otras fuentes consultadas ayer por este diario dudan de que eso pudiera ser cierto, más allá de que se pudieran agilizar más o menos unos trámites, ya que el subinspector se limitaba simplemente a realizar los informes, mientras que eran la Subdelegación de Gobierno e Inmigración los responsables últimos de conceder unos u otros permisos.
En cualquier caso, de todo ello tendrá que responder hoy, a partir de las diez de la mañana, cuando está previsto el inicio de su declaración.
Registro
No hay que olvidar que las oficinas de Extranjería de la comisaría de Policía ya fueron registradas por agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil hace meses, en la primera fase de la operación Carioca. El registro fue ordenado por la jueza Pilar de Lara un domingo. En aquel momento se incautaron de numerosa documentación y discos duros de los ordenadores.
Los guardias civiles llegaron a llevarse hasta pasaportes y certificados que estaban a punto de ser entregados, por lo que sus titulares han tenido que solicitarlos al propio juzgado de instrucción número 1.
En libertad
La titular de ese juzgado dejó en la madrugada de ayer en libertad con cargos a los cuatro policías nacionales que habían sido detenidos el lunes. La orden se decretó en torno a las seis de mañana, cuando finalizó la toma de declaración del último de los cuatro en ser puesto a disposición judicial.
La jueza instructora imputa a los cuatro los mismos delitos, relacionados con colaboración con la prostitución, cohecho, omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secreto. Asimismo, les impuso la obligación de comparecer en el juzgado todos los lunes y la prohibición de salir del territorio nacional, mientras que tampoco podrán comunicarse ni contactar con las mujeres vinculadas con los prostíbulos relacionados con la operación Carioca.
Por lo que respecta a la situación en el cuerpo de estos agentes, a todos ellos se les ha abierto un expediente disciplinario, que sin embargo ha quedado automáticamente en suspenso hasta que se resuelva la vía penal. Eso significa que de momento no se enfrentarán a ninguna medida disciplinaria y permanecerán en sus puestos.
Guardia Civil
Esto mismo sucede en el caso de los guardias civiles imputados, sin bien ni siquiera hay confirmación oficial de que los expedientes hayan sido abiertos. No obstante, en la comandancia la paradoja es todavía mayor, ya que entre los imputados figuran un teniente coronel, un comandante y un subteniente.
Dos de ellos siguen ocupando sus puestos, aunque ya fuera de la comandancia lucense. Quien sí sigue aquí y en su mismo puesto y despacho es el subteniente, que pertenece además al grupo de la Policía Judical. Se da así la paradoja de que es el superior de algunos de los agentes que participan en las pesquisas.
INTERROGATORIO. Un preso que no quiso firmar
El martes fue trasladado des de la prisión de A Lama a los juzgados lucenses un hombre que está preso por otra causa, pero que fue interrogado sobre la operación Carioca. Los encargados de tomarle declaración , en sede judicial, fueron dos guardias civiles, que le cuestionaron sobre su amistad con el cabo de la Guardia Civil A.L.T. y con otros implicados en el caso. Incluso se le mostraron varias fotografías que sí pudo reconocer.
Su declaración duró más de cinco horas. Sin embargo, sirvió de muy poco ya que cuando se le dio a leer, el preso mostró su absoluta disconformidad con el modo en que se habían reflejado sus respuestas, por lo que se negó a firmar.