Ok. Pongámonos de acuerdo. Si muchas mujeres están bombardeadas por fútbol, a toda hora y en todo lugar, hay datos que pueden comenzar a manejar para que esto no se vuelva una verdadera tortura. Y no hablamos de saber más sobre formaciones ni de tácticas. No. Hablamos de una correlación curiosa y sabrosa: el fútbol y el sexo. Tal cual. La conexión es obvia; si un hombre elige una posición es porque es física y psicológicamente apto para ella.
La psicóloga clínica y terapeuta de parejas Pamela Verdugo vivió en Brasil, donde se convirtió en una observadora gozosa del fútbol, por lo que aceptó el desafío y nos ayudó a construir cada perfil, siempre teniendo en cuenta que no hay fórmulas infalibles y que es sólo una aproximación divertida a este magno evento deportivo. ¿Te gusta un tipo que juega de portero, delantero o defensa? ¡Bingo! Podemos decirte cómo se manejará en “el otro campo”.
Las dos caras del portero o guardameta
Ellos reman al revés de todo el resto de los hombres del campo de fútbol. Además, ejecutan lo suyo en solitario. La historia del fútbol muestra que existen dos tipos: los cautos, silenciosos, con una actuación muy de guante blanco, y los excéntricos, aquellos que quieren brillar todo el tiempo.
¿Cómo serían estos hombres en una eventual relación de pareja? Pamela Verdugo asegura que “los primeros tenderían a ser extremadamente protectores, muy caballeros. Es probable que emocionalmente sean aislados, siempre haciéndose cargo de la situación”. En el sexo, en tanto, este tipo de arquero sería “muy dedicado al otro, muy cuidadoso con lo que su pareja busca y quiere”. Suena perfecto, ¿no?
Sin embargo, el de tipo más “histriónico” sería “una persona más bien demandante, porque busca la atención de los demás; más bien celoso. Probablemente sería una persona divertida, pero que buscaría ser reconocido todo el tiempo”. En la intimidad tendría un comportamiento coherente con esto de sentirse estrella. “Seguramente esperaría ser satisfecho y aplaudido”. Una lata.
¿Lateral derecho o izquierdo?
Quienes están en esta posición no se mueven solos, y deben proyectar la jugada. La psicóloga dice que “corporalmente el lado derecho tiene que ver con lo paterno, lo masculino y lo que es más hacia fuera. Lo izquierdo tiene que ver más con lo materno, lo femenino y lo que contiene. Por lo tanto, son de carácter firme quienes jueguen por la derecha. Y más inestables, volubles, dependientes y menos propensos a cambiar quienes jueguen por la izquierda”. ¡Ojo! Porque esto determinaría que un lateral derecho busque crear un proyecto en común, mucho más que uno que juegue por la izquierda.
En lo sexual, el lateral derecho cuida de la mujer, la ve como un objeto importante en su proyecto, confía en el criterio femenino, va a aceptar lo que ella quiera jugar, los tiempos que ella quiera definir, en qué lugar y momento.
El desconfiado líbero
El líbero, ese defensa sin marcaje ni zona asignada, el gran jefe de la parte de atrás del campo, es una pieza importante en el juego. Este tipo de jugadores, a la hora de una relación, son muy desconfiados porque creen que les van a meter un gol… Por sus características, Verdugo los define como “deberían tender a ser celosos, muy desconfiados y controladores. Les importa estar con una tremenda mujer, despampanante, muy deseada, pero ellos siempre vigilantes de que no se la vayan a quitar. Quieren sentirse siempre importantes”.
En lo sexual le queda bien ese viejo adagio de “una señora en la calle y una puta en la cama”. Aunque le va a costar disfrutar de la relación, porque sabe que tiene una posición privilegiada pero teme perderla. No confía fácilmente.
El central, un hombre que hace gozar
El hombre que juega en esta posición está en el centro del campo, pero tiene un perfil más bien bajo. En una relación debería ser una persona que se posterga bastante en beneficio de la pareja. “Le importa más que su mujer sea feliz. Pero no hay que engañarse, tiene una buena autoestima”. Él “bypassea” los problemas. Va a buscar que la relación tenga mucho movimiento. Le gustan las mujeres desafiantes, autónomas. En la cama va a estar más preocupado de que su pareja lo pase bien, de que ella goce. Si este es tu tipo, puedes dar rienda suelta a todas tus fantasías, y él las cumplirá.
Centrocampista, “el macho recio”
Viven para el equipo, fuertes, arriesgados, tienen un rol claro y puntual en el esquema de juego. Cuando están en pareja son los clásicos “machos”, muy masculinos, determinados; eso de “donde pone el ojo, pone la bala” los identifica plenamente. Les gustan las mujeres muy femeninas, nada desafiantes, más maternales, que se complementen con su masculinidad.
En la cama les cuesta entender lo femenino, son acotados, nada de adulaciones ni de adornos. Son el clásico “duro”, no hay subtexto ni entrelíneas con ellos.
El 8, un innovador pero sin compromisos
El delantero que lleva el 8 es bueno para salir de fiesta, ir a comer. Es un hombre divertido, pero no se compromete. Probablemente en lo sexual tiene aventuras de una noche sólo para divertirse, pero nunca para establecer relaciones por mucho tiempo.
En la cama es divertido e inquieto; en el peor de los casos, bajo su chispa hay un hombre temeroso. En el mejor, es creativo, juguetón y sorpresivo, espontáneo. Detesta la rutina sexual, por lo que buscará cosas con las que sorprenderte.
El 9, sin preámbulos, puro gol
Goleador por definición, juega también ese rol en la pareja. Necesita una mujer que le confirme que es el más visto, el más aplaudido. Un buen 9 es aquel que sabe que lo logró gracias a que hay un equipo detrás, quien tiene esta conciencia es una pareja estupenda. Lo complicado es lo contrario, cuando este 9 cree que todo el éxito es sólo gracias a su existencia; estos terminan siendo esos ególatras playboy.
Entre las sábanas no es tan demandante, es más bien solitario, porque sabe que lo hace bien y que es la estrella. En el sexo le importa definir, hacer lo que siempre desea: el gol.
El 10, ¿ególatra o apasionado?
Existen dos variantes de este jugador. El clásico, que jugaba solo y manejaba el medio campo completo, y el polifuncional.
Pamela Verdugo asegura que el primero no le interesaría hoy a muchas mujeres, porque “es el tipo que lo maneja todo, controlador, con un nivel de ego importante, donde no importa mucho el resto, es muy poco ambicionado por nosotras”.
Sin embargo, el segundo es mucho más potente. Divertido, galante, brilla pero sin aburrir. Este tipo de pareja te preparará la cena y te esperará si llegas tarde. Es divertido, lo pasa bien. Y en la cama sería igual, se abriría a su pareja, con pasión, creatividad y buen humor. Lo único que podría hacer que este personaje no sea un buen amante es que se crea demasiado el cuento. Si eso pasa te morirás de aburrimiento.
El media punta, el impredecible
Este jugador va siempre delante, muy pendiente de la pelota, de hacer jugadas, pero no necesariamente de hacer el gol. “En la relación son impulsivos, toman decisiones rápidas, sin mucho pensar, un poco locas. Sería un poco difícil relacionarse con él. A veces este hombre frustra un poco, porque se espera mucho de él, pero no pasa nada. O, al contrario, ya no se espera nada y sorprende. No es una pareja predecible”, explica la psicóloga.
¿Y en el sexo? Esto último marcaría la pauta. Los problemas de expectativas pueden hacer que este hombre sea una decepción. Es mejor dejar que te sorprenda. Él lo puede hacer todo o, tal vez, no haga nada.
Fuente: mujeres.publimetro.cl
http://www.sexomail.com/boletin/articulo.php?id=242