Físicos, psicológicos, afectivos… beneficios del orgasmo que se pueden potenciar
Ejercicios para potenciar las mil y una ventajas del sexo y sus beneficios para la salud.
Sylvain Cherkaoui Madrid
No descubrimos América si decimos que el sexo mejora nuestra salud, pero ¿sabemos cómo y por qué? Y lo más importante, para estar más sanos -y disfrutarlo por el camino- ¿cómo podemos entrenarnos? Un círculo virtuoso y placentero.
Empecemos por el principio. Por el binomio A mejor fondo físico, mejores relaciones sexuales. Obvio, pero para estar en forma no sólo hace falta gimnasio. También hay ejercicios como los llamados Kegel, que no son otra cosa que gimnasia para mejorar el suelo pélvico (más conocidos para frenar la incontinencia urinaria o de preparación al parto).
El director del Instituto Urológico Madrileño, Juan Carlos Ruiz de la Roja, recalca que esa gimnasia interna «provoca relaciones más satisfactorias y mejores orgasmos en la mujer, y mejor flujo de la sangre en el pene y erecciones en los hombres». Para ambos recomienda ejercicios de contracción y relajación de los músculos pélvicos mantenidos durante varios segundos. Una gimnasia fácil que se puede hacer caminando, sentados o tumbados. «Y las bolas chinas son geniales para las mujeres. Se las introducen bien lubricadas y hacen vida normal con ellas. Al caminar, para que no se caigan, contraen el suelo pélvico», asegura.
Pero el cuerpo también ha de ir de la mano de la mente. Para tener buen sexo es fundamental «conocer tu cuerpo, saber lo que te estimula a nivel físico y mental, comunicar tus conocimientos a tu pareja y descubrir juntos cosas nuevas. La clave del buen sexo es eliminar mitos y barreras», explica Marta Ibáñez, sexóloga de Los Placeres de Lola.
De tacones, bicis y orgasmos
A la hora de ponerse en forma para el sexo, conviene pues desterrar algunos mitos recurrentes. Algunos vienen y van, como aquel de que los tacones permiten mejores orgasmos. Una teoría -¡oh, coincidencia!- de Christian Laboutin, el gurú de los maxi tacones de suelas rojas.
Ibáñez lo niega pero matiza que «andar bien sí influye indirectamente en el sexo». ¿Por qué? «Nuestra forma de caminar repercute en la musculatura pélvica, que es la que sostiene la vejiga, el útero y el recto y rodea la uretra, la vagina y ano. Tener la musculatura fuerte y sana puede mejorar la lubricación y la calidad de los orgasmos. Pero podemos andar bien en chanclas», zanja.
Por su parte, Ruiz de la Roja desmonta el mito de que los pantalones ajustados influyen en la vida sexual de los hombres aunque «pueden influir en la calidad del esperma», añade Ibáñez.
Lo que sí destaca Ruiz de la Roja es que los ciclistas asiduos tienen más probabilidades de sufrir problemas de disfunción eréctil. «Un 5% de estos deportistas profesionales los tienen por el abuso y los sillines puntiagudos», puntualiza.
Cientos de beneficios
Y una vez ya en forma y con las ideas claras, hay que destacar los cientos de beneficios que produce el sexo en el cuerpo. Además de mejorar el tono y el fondo físico -una relación sexual media consume 300 calorías, «lo que equivale a andar 15 minutos y subir dos tramos de escaleras», dice Ruiz de la Roja-, mejora la circulación cardiaca ya que el corazón bombea más sangre y se fortalece.
A nivel psicológico, las relaciones sexuales mejoran el humor, relajan tensiones y reducen el estrés gracias a la oxitocina que se libera al flujo sanguíneo durante el orgasmo.
El sexo también genera endorfinas que producen placer y relajación -«es la explicación de porqué los hombres suelen dormirse tras tener sexo»- y libera corticoides, beneficiosos para la piel. En el caso de ellos, además, una media de tres relaciones reduce la incidencia del cáncer de próstata y mejora la calidad del esperma.
Los autores de Orgasmo. Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar (Paidós) apuntan asimismo a que la masturbación y la actividad sexual reducen los riesgos de muerte por enfermedades coronarias y cáncer.Y añaden que también «disminuye los efectos negativos del envejecimiento» como ejemplifican en un estudio que asegura que los hombres con ocho o más orgasmos al mes tenían el doble de probabilidades de estar vivos que los que tenían uno.Y otro dato curioso, los orgasmos elevan el umbral del dolor, dicen. La zona más efectiva para ello, el punto G.
En cualquier caso, el cerebro es la parte fundamental. Es el músculo más importante del sexo antes y durante. Así lo atestigua un estudio del doctor Barry Komisaruk, de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey (EE UU), que ya en su obra La ciencia del orgasmo comparó la liberación de dopamina y oxitocina en el orgasmo con un chute de heroína.
Y una última puntualización. «Mucho sexo no es perjudicial si se hace cuando y porque se quiere. Cuanto más sexo tenemos o imaginamos, más queremos. Y eso no es una adicción. Una adicción al sexo es la que no permite hacer una vida normal durante más se sis meses», remacha Ibáñez.
Las claves
1.- Cuerpo. Estar en forma mejora la circulación y la respuesta sexual. Y nos da fondo cardíaco para aguantar más en un ejercicio como el sexo.
2.- Mente. La mejor preparación para el sexo es desearlo. Si el cerebro lo desea, prepara al cuerpo y reacciona a los estímulos sexuales. Y para estimular la mente nada mejor que fantasear.
3.- Estímulos. La masturbación es importante pero hay mujeres que se acostumbran a la intensidad del vibrador y luego les cuesta llegar al orgasmo de otra forma.
4.- Afrodisíacos. Hay alimentos que nos alteran pero todo está en la cabeza. Para el sexo, mejor sano y bien alimentado.
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