ANTONIO BAQUERO
BARCELONA
Felaciones sin condón a 10 euros junto a la carretera. Finales felices (sexo oral) por 15 euros en peluquerías chinas. Completos (penetración) por 30 euros en los alrededores de la Rambla. En la Catalunya del siglo XXI, la crisis y las mafias han hecho que el sexo por dinero se haga a precios de mediados de los años 80.
En los últimos dos años, las tarifas de los servicios ofrecidos por las prostitutas se han desplomado, generando una explosión de sexo low cost (bajo coste) que ya no es privativo de algunas áreas degradadas de Barcelona sino que tiene como escenario todas las provincias catalanas, ya sea en las carreteras, en cascos antiguos o en polígonos industriales. Las estimaciones más moderadas del Ministerio del Interior señalan que entre 20.000 y 30.000 mujeres ejercen la prostitución en Catalunya, la mayoría de ellas en clubs.
Tanto es así que, en un ejercicio de exhibicionismo machista, algunos clientes asiduos del sexo de pago han desarrollado en internet una página de mapas de Google –bautizada como Guía Kikilín— con las coordenadas en que se encuentran decenas de chicas, a las que identifican incluso por el nombre, sobre las que adjuntan una ficha calificando el modo en que ofrecen sus servicios donde llegan a valorar, incluso, lo que llaman «grado de implicación».
DESEMBARCO DE ORIENTALES / Pero en todas partes la crisis, que ha mermado la capacidad económica de los clientes, y el desembarco de redes de prostitución china y nigeriana han arrastrado hacia abajo las tarifas de las prostitutas.
Este drástico abaratamiento sorprende incluso a mandos policiales con años de experiencia en la lucha contra la trata de blancas y el proxenetismo. «La caída de precios es brutal», comenta con un énfasis de sorpresa un mando del Cuerpo Nacional de Policía, que atribuye la bajada de precios a la irrupción de la prostitución china y africana, especialmente de mujeres nigerianas.
Las organizaciones que dan asistencia a las mujeres prostituidas han constatado esta bajada. «La crisis nos afecta a todos, también a las chicas que se prostituyen. Ahora tienen muchos menos clientes. Un hombre que antes acudía a ellas una vez a la semana ahora igual va una vez al mes y eso, con suerte», comenta Delia Faixó, responsable del Programa Carretera del Hospital Sant Jaume de Calella, que da asistencia a mujeres que ejercen la prostitución en la red viaria del Maresme.
«La crisis hace que algunas chicas estén ganando tan poco que hayan decidido incluso dejar la prostitución; otras se lo están pensando», comenta Faixó. Si antes lo habitual era pagar 30 euros por una felación y 40 por un completo, ahora esas tarifas han bajado una media de 10 o 15 euros. «Hay mujeres en una situación de necesidad tan fuerte que están dispuestas a hacer esos servicios por 15 o 20 euros e incluso por lo que les den. Eso hace que luego los clientes les pidan a las otras que rebajen sus precios, con lo que al final todo va a la baja», explica la responsable del Programa Carretera, que destaca que las mujeres africanas «suelen ser las que se encuentran en una situación de mayor necesidad».
El impacto de la crisis es especialmente dañino en el caso de las chicas víctimas de mafias que las explotan. «Con o sin crisis, estas chicas, al final del día, tienen que darle a la mafia una cantidad de dinero para pagar la deuda que tienen con ella. Si no lo hacen se arriesgan a sufrir represalias en forma de palizas o agresiones a sus familiares. Eso las obliga a estar muchas más horas y a bajar los precios lo que haga falta para hacer más servicios», comenta Rocío Mora, coordinadora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (APRAMP).
SERVICIOS DE SEIS EUROS / Esta organización alerta de que la situación se ha deteriorado tanto para estas mujeres que, en Madrid, algunas llegan a ofrecer servicios sexuales por solo seis euros. «Aquí todo el mundo habla de la degradación de unas calles de Barcelona y a nadie le importa la situación de violencia y esclavitud de estas mujeres», afirma con indignación.
Además, cada vez son menos los clientes dispuestos a gastarse los 10 o 20 euros que puede costar una cama en un meublé, lo que hace que muchos de esos actos sexuales se realicen en el coche o, en su defecto en la calle, disparando también el sexo al aire libre. A eso contribuye también un cambio de costumbres sociales. Según el responsable del Cuerpo Nacional de Policía, «hace 10 o 15 años a nadie se le ocurriría hacer sexo con una prostituta en plena calle igual que a nadie se le pasaba por la cabeza andar por Barcelona sin camiseta. Ahora eso ha cambiado. Al tipo de cliente que recurre a esas chicas no le importa hacerlo en plena Boqueria».
En Barcelona, la geografía humana y urbana de la prostitución se ha transformado estos últimos meses. Las nigerianas, que llegaron a la ciudad a finales de los 90, no solo se han adueñado en exclusiva de la Rambla sino que su presencia es mayoritaria también en la zona del Raval, la ronda de Sant Antoni y la plaza de las Glòries. Además, han desembarcado en otras zonas donde no estaban presentes, tales como el entorno del parque de la Estació del Nord o el final de la calle de Sardenya, en el entorno de la Universitat Pompeu Fabra. En áreas como la Diagonal, la Meridiana o los alrededores del Camp Nou han aparecido decenas de chicas albanesas.
CERCA DE CAMINOS / El fenómeno se extiende, además, a las carreteras de toda Catalunya donde centenares de mujeres se apostan en vías secundarias –prefieren los lugares cercanos a salidas a caminos y con vegetación cerca– y allí sentadas bajo una sombrilla esperan a los clientes. En las comarcas de Barcelona, son muy visibles cerca de Castelldefels y Gavà (Baix Llobregat), en el Maresme y en carreteras secundarias del Vallès Occidental.
De todas formas, las carreteras de las comarcas de Girona son algunas de las que más mujeres concentran, informa Ferran Cosculluela. El número varía según la época del año, aunque en los momentos álgidos (verano y primavera) se han detectado hasta 50 puntos donde hay chicas. La competencia es tan alta que grupos mafiosos se enfrentan por los enclaves.
Jordi Martinoy, delegado de la Generalitat en Girona, reconoce que el fenómeno se ha agravado desde que en Francia se prohibió la prostitución callejera en el 2003. «Son muchos los franceses que cruzan la frontera para contratar a prostitutas», explicó. La N-2 entre La Jonquera (Alt Empordà) y Girona es una de las vías más frecuentadas, al igual que las carreteras L’Escala-Bàscara (Alt Empordà) y Vidreres-Lloret de Mar (Selva).
7.000 MUJERES / En la demarcación de Tarragona, el gran eje vertebrador de la prostitución se sitúa en la carretera N-340, informa Rafael Morales. El diputado socialista y alcalde de Alcover (Alt Camp), Anton Ferré, dio a conocer un informe en que se calcula que 7.000 mujeres ejercen la prostitución en esas comarcas. En las comarcas de Lleida, la treintena de mujeres rumanas y subsaharianas que trabajan en las carreteras se han desplazado al entorno de municipios como Alcarràs y Els Alamús (Segrià), informa Rosa Matas. En la capital, las profesionales del sexo están concentradas en una gasolinera que está situada junto a la N-2 y en el centro histórico.
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idtipusrecurs_PK=7&idnoticia_PK=642722
MERCAT DEL SEXE
La crisi enfonsa la ‘tarifa’ de les prostitutes al nivell dels 80
ANTONIO BAQUERO
BARCELONA
Fel·lacions sense condó a 10 euros al costat de la carretera. Finals feliços (sexe oral) per 15 euros en perruqueries xineses. Complets (penetració) per 30 euros als voltants de la Rambla. A la Catalunya del segle XXI, la crisi i les màfies han fet que el sexe per diners es faci a preus de mitjans dels anys 80.
Els últims dos anys les tarifes dels serveis oferts per les prostitutes s’han desplomat i han generat una explosió de sexe low cost (baix cost) que ja no és privatiu d’algunes àrees degradades de Barcelona, sinó que té com a escenari totes les províncies catalanes, ja sigui a les carreteres, en cascos antics o en polígons industrials. Les estimacions més moderades del Ministeri de l’Interior assenyalen que entre 20.000 i 30.000 dones exerceixen la prostitució a Catalunya, la majoria d’elles en clubs.
Tant és així que, en un exercici d’exhibicionisme masclista, alguns clients assidus del sexe de pagament han desenvolupat a internet una pàgina de mapes de Google –batejada com a Guia Kikilín– amb les coordenades en què es troben desenes de noies, a les quals identifiquen fins i tot pel nom, sobre les quals adjunten una fitxa qualificant la manera que ofereixen els seus serveis on arriben a valorar, fins i tot, el que anomenen «grau d’implicació».
DESEMBARCAMENT D’ORIENTALS / Però a tot arreu la crisi, que ha minvat la capacitat econòmica dels clients, i el desembarcament de xarxes de prostitució xineses i nigerianes, han arrossegat cap avall les tarifes de les prostitutes.
Aquest abaratiment dràstic sorprèn fins i tot a comandaments policials amb anys d’experiència en la lluita contra el tràfic de blanques i el proxenetisme. «La caiguda dels preus és brutal», comenta amb un èmfasi de sorpresa un cap del Cos Nacional de Policia, que atribueix la baixada de preus a la irrupció de la prostitució xinesa i africana, especialment de dones nigerianes.
Les organitzacions que donen assistència a les dones prostituïdes han constatat aquesta baixada. «La crisi ens afecta tots, també les noies que es prostitueixen. Ara tenen molts menys clients. Un home que abans anava amb elles una vegada a la setmana ara potser hi va una vegada al mes, i això amb sort», comenta Delia Faixó, responsable del Programa Carretera de l’Hospital Sant Jaume de Calella, que ofereix assistència a dones que exerceixen la prostitució a la xarxa viària de la zona del Maresme.
«La crisi fa que algunes noies estiguin guanyant tan poc que hagin decidit fins i tot deixar la prostitució; altres s’ho estan pensant», comenta Faixó. Si abans el que era habitual era pagar 30 euros per una fel·lació i 40 per un complet, ara aquestes tarifes han baixat una mitjana de 10 o 15 euros. «Hi ha dones en una situació de necessitat tan forta que estan disposades a fer aquests serveis per 15 o 20 euros, i fins i tot pel que els donin. Això provoca que després els clients demanin a les altres noies que rebaixin els seus preus, amb la qual cosa al final tot va a la baixa», explica la responsable del Programa Carretera, que també destaca que les dones africanes «solen ser les que es troben en una situació de més necessitat».
L’impacte de la crisi és especialment perjudicial en el cas de les noies víctimes de màfies que les exploten. «Amb crisi o sense, aquestes noies, al final del dia, han de donar a la màfia una quantitat de diners per pagar el deute que hi tenen. Si no ho fan s’arrisquen a patir represàlies en forma de pallisses o agressions als seus familiars. Això les obliga a seguir moltes més hores i a abaixar els preus tant com faci falta per fer més serveis», comenta Rocío Mora, coordinadora de l’Associació per a la Prevenció, Reinserció i Atenció de la Dona Prostituïda (APRAMP).
SERVEIS DE SIS EUROS / Aquesta organització alerta que la situació s’ha deteriorat tant per a aquestes dones que, a Madrid, algunes arriben a oferir serveis sexuals per tan sols sis euros. «Aquí tothom parla de la degradació d’uns carrers de Barcelona i a ningú li importa la situació de violència i d’esclavitud d’aquestes dones», afirma amb indignació. A més, cada vegada són menys els clients que estan disposats a gastar-se els 10 o 20 euros que pot costar un llit en un meublé, circumstància que fa que molts d’aquests actes sexuals es facin al cotxe o, si no se’n pot disposar, al carrer, disparant també el sexe a l’aire lliure. A això hi contribueix també un canvi de costums socials. Segons el responsable del Cos Nacional de Policia, «fa 10 o 15 anys a ningú se li acudiria practicar sexe amb una prostituta al mig del carrer, igual que a ningú li passava pel cap anar per Barcelona sense samarreta. Ara això ha canviat. A la mena de client que recorre a aquestes noies no li importa fer-ho en plena Boqueria».
A Barcelona, la geografia humana i urbana de la prostitució s’ha transformat aquests últims mesos. Les nigerianes, que van arribar a la ciutat a finals dels 90, no només s’han apoderat en exclusiva de la Rambla, sinó que la seva presència és majoritària també a la zona del Raval, la ronda de Sant Antoni i la plaça de les Glòries. A més, han desembarcat en altres zones on no eren presents, com ara l’entorn del parc de l’Estació del Nord o el final del carrer de Sardenya, a l’entorn de la Universitat Pompeu Fabra. En àrees com la Diagonal, la Meridiana o els voltants del Camp Nou han aparegut desenes de noies albaneses.
A PROP DE CAMINS / El fenomen s’estén, a més, a les carreteres de tot Catalunya, on centenars de dones es planten en vies secundàries –prefereixen els llocs pròxims a sortides de camins i amb vegetació a prop– i assegudes sota un para-sol esperen els clients. A les comarques de Barcelona, són molt visibles a prop de Castelldefels i Gavà (Baix Llobregat), al Maresme i en carreteres secundàries del Vallès
Occidental.
De totes maneres, les carreteres de les comarques de Girona són algunes de les que més dones concentren, informa Ferran Cosculluela. El nombre varia segons l’època de l’any, tot i que en els moments àlgids (estiu i primavera) s’han detectat fins a 50 punts on hi ha noies. La competència és tan alta que grups mafiosos s’enfronten pels enclavaments.
Jordi Martinoy, delegat de la Generalitat a Girona, reconeix que el fenomen s’ha agreujat des que a França es va aprovar la prohibició de la prostitució al carrer el 2003. «Són molts els francesos que creuen la frontera per contractar prostitutes», va explicar. La N-2 entre la Jonquera (Alt Empordà) i Girona és una de les vies més freqüentades, igual que les carreteres l’Escala-Bàscara (Alt Empordà) i Vidreres-Lloret de Mar (Selva).
7.000 DONES / A la demarcació de Tarragona, el gran eix vertebrador de la prostitució se situa a la carretera N-340, informa Rafael Morales. El diputat socialista i alcalde d’Alcover (Alt Camp), Anton Ferré, va donar a conèixer un informe en què es calcula que 7.000 dones exerceixen la prostitució en aquelles comarques. A les comarques de Lleida, la trentena de dones romaneses i subsaharianes que treballen a les carreteres s’han desplaçat a l’entorn de municipis com ara Alcarràs i els Alamús (Segrià), informa Rosa Matas. A la capital, les professionals del sexe estan concentrades en una gasolinera que està situada al costat de la N-2 i al centre històric.
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAT&idtipusrecurs_PK=7&idnoticia_PK=642722